lunes, 14 de julio de 2008

El Alto Piura

Con gran entusiasmo se ha recibido el Decreto de Urgencia que autorizó la viabilidad del proyecto Alto Piura. Con él se ha dado una retahíla de liberalidades para saltarse con "garrocha" el ciclo del proyecto que regula el Sistema Nacional de Inversión Pública. Unos festejan, sobre todo los alto piuranos, pero los técnicos censuran por lo que subyace en la medida dada en ausencia del ministro de Economía.
Luego de la dación del Decreto de Urgencia, se han dado diversas reacciones respecto al Alto Piura, proyecto gestionado y esperado por más de cien años. Unos han expresado que no se debe ser tan entusiasta y esperar que el financiamiento sea una realidad. Otros han celebrado ruidosamente, como es el caso de César Trelles Lara, quien se ha calificado como un abanderado, cuando en realidad la lucha ha sido más intensa desde la sociedad civil, que la tibia y timorata actitud del presidente regional.
Con estas actitudes solo se está repitiendo la actitud que tomaron ciertos funcionarios regionales, incluido el presidente, para con lo de los Fosfatos de Bayóver. Por supuesto, que que no tuvieron la infeliz idea de sacar otra revista con "La hora de Piura" pero sí quisieron ser ruidosos en el Aeropuerto hacia donde fueron llevados varios apristas para vitorear indebidamente al presidente regional.
Formas vivaces de querer aprovecharse políticamente de una acción ciudadana, afectan siempre el fondo del asunto. No se trata ahora de hacer grandilocuencias sobre el Alto Piura, sino de actuar con sensatez y en el caso de los funcionarios públicos, realizar lo que les corresponde como representantes de una institución pública.
Tomando siempre como referencia los antecedentes, un documento o un decreto no significa nada sino va acompañado de acciones concretas. Esas acciones concretas tienen que ver con el financiamiento que se requiere para ejecutar las obras civiles que se encuentran previstas.
El presidente regional, en esta lógica ha pretendido revivir un acuerdo de alcaldes donde se comprometían a dar parte de los recursos del canon para la ejecución. Creer que las municipalidades podrán financiar un proyecto de grandes inversiones es no tener un sentido de la magnitud de inversión. La respuesta dada por José Aguilar, alcalde de Piura, con su aparente dureza es realista.
Pero, no es solo el alcalde de Piura quien no soltará recurso alguno para el proyecto del Alto Piura, sino sus pares de Huancabamba y otras provincias, quienes creen que sus exiguos recursos serán poquísimos y sin importancia, para lograr mover el proyecto hidroenergético.
El Alto Piura puede marchar, aún con los cuestionamientos a la forma como se dio el Decreto de Urgencia, pero para que sea exitoso, tendrá necesariamente que trabajarse arduo para que no se quede en papel. Pasa por el convencimiento que las municipalidades no están en capacidad de financiar monto alguno, que si puede gestionarlo el gobierno regional en cuya competencia se encuentra este proyecto.
En tal sentido, si algo bueno quieren hacer, será realizar las acciones para pasar del documento escrito a la inversión real. Existe un compromiso del Gobierno Nacional para otorgar una parte de lo que se requiere para el trasvase, lo demás simplemente no tiene nada. Y ese nada, puede conseguirse en parte ahorrando gastos corrientes desde el gobierno regional, gestionar al gobierno nacional contrapartidas y si es posible promover la inversión privada.